7 red flags en una relación que sólo te das cuenta una vez que termina

7 red flags que sólo te das cuenta una vez que la relación termina

Soñamos con tener la relación perfecta, esa que nos sumerja en la dicha del amor verdadero, la cual nos traiga felicidad y, sobre todo, estabilidad. Sin embargo, si no nos damos cuenta rápidamente de los red flags en una relación o que tu pareja pueda tener, es decir, esas señales de peligro que pueden hacer que enfrentar los desafíos que se nos presenten sea una tarea delicada y, en ocasiones, dolorosa, puede causar no sólo daño a la relación, sino a ti mismo. 

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Si estás pasando por algo similar o ya pasastes y estás en proceso de recuperación, este artículo es para ti. Conoce cuáles son las 7 red flags que sólo te das cuenta una vez que la relación termina para evitarlas en tu próxima relación. 

Es posible que hoy te sientas culpable sobre esa relación que fracasó, seguramente piensas que “si me hubiese dado cuenta antes, esto no estaría pesando” pero la verdad es que cuando pasa por primera vez, o hasta por segunda vez, es inevitable no saberlo. Porque cuando entramos en una nueva relación queremos creer que la otra persona es perfecta, que no tiene errores, sin embargo, somos humanos. 

Es humano querer creer en la solidez de nuestro vínculo afectivo y pasar por alto las señales que podrían indicar problemas futuros. Así que reconocer que todos, en algún momento, hemos pasado por alto esas señales de alerta es el primer paso hacia el crecimiento personal y la fortaleza de la relación.

La clave, en este viaje de autodescubrimiento, no radica en cargar con la culpa de no haber visto las señales de alerta de inmediato. Más bien, se trata de abrazar la oportunidad de aprender a reconocer esas señales y, lo que es aún más crucial, de tomar medidas positivas para abordarlas. 

Así que veamos cuáles son esas 7 red flags o alertas que deben tomar en cuenta cuando estás empezando una relación y decidir si trabajarlas o terminar de una vez antes de que empeore la situación. 

Red flags en una relación que debes evitar

1. Llorar para manipularte mientras se hace la víctima

La manifestación de lágrimas y la constante asunción del papel de víctima son estrategias que, sutilmente, una persona manipuladora utiliza la vulnerabilidad como un arma en las relaciones. Estas acciones no son simplemente expresiones emocionales, sino tácticas destinadas a tejer una red de desequilibrio emocional de poder.

El llanto en este contexto, se convierte en una herramienta estratégica para influir en la dinámica de la relación. Al utilizar las lágrimas como medio de manipulación, una persona puede poner a la otra en una posición incómoda, creando así un desequilibrio emocional. Este desequilibrio se profundiza cuando, además de las lágrimas, la misma persona adopta de manera sistemática el papel de víctima.

Pero a veces, ni siquiera habrá lágrimas. Una persona narcisista siempre te hará sentir culpable de todo. La táctica de siempre asumir el rol de víctima implica que la responsabilidad de los desafíos en la relación recae constantemente en la otra persona. Este patrón de comportamiento crea un terreno inestable y fomenta una relación caracterizada por la inseguridad emocional. 

La víctima perpetua no solo evade su propia responsabilidad en la construcción de la conexión afectiva, sino que también coloca a su pareja en una posición defensiva constante.

En este juego de manipulación emocional, la vulnerabilidad se convierte en una herramienta para controlar y dirigir la narrativa de la relación. Se establece un ciclo tóxico en el que la persona que llora y asume el papel de víctima tiene el control aparente, mientras que la otra se ve atrapada en un estado constante de confusión y culpa.

Abordar estas dinámicas requiere una comprensión profunda de la manipulación emocional y la voluntad de establecer límites saludables. Es esencial fomentar la comunicación abierta y honesta para desentrañar las capas de manipulación y construir una base sólida de confianza mutua. Reconocer la vulnerabilidad como una herramienta poderosa, pero no destructiva, permite a ambas partes trabajar juntas hacia una relación más equitativa y auténtica.

2. Vínculos Familiares Poco Saludables

Una faceta intrigante, y a menudo subestimada, de las relaciones de pareja es la conexión que se establece con la familia inmediata de cada uno. En retrospectiva, es posible que te hayas dado cuenta de la relación poco saludable que tu ex mantenía con su familia cercana.

En apariencia, la familia de tu ex parecía unida y armoniosa, pero bajo la superficie, se tejían complejas dinámicas que, lejos de ser inocentes, eran codependientes, capacitadoras y, en última instancia, poco saludables. Este descubrimiento pudo ser un punto de inflexión que ilustra cómo las conexiones familiares pueden impactar significativamente en la salud y la estabilidad de una relación.

La sobre dependencia emocional y la interconexión excesiva generan tensiones dentro de la pareja, ya que la lealtad y las expectativas familiares a menudo se priorizan sobre las necesidades y decisiones de pareja.

La falta de límites claros entre una pareja y la familia contribuye a un entorno en el que las decisiones y dinámicas de la relación son influenciadas constantemente por opiniones externas, llevando a un desequilibrio en el poder de toma de decisiones dentro de la relación. 

Es por eso que es necesario analizar más allá de las apariencias externas y reconocer la salud de las dinámicas familiares; y es que entender y abordar este tipo de relaciones poco saludables puede ser un paso crucial hacia la construcción de una relación más sólida y equitativa.

3. No muestra su verdadera cara con tus amigos

Es importante que en una relación exista la autenticidad, ya que ayuda a construir lazos significativos, pero, una señal de alerta reveladora puede ser la forma entre en la que tu pareja se presenta ante amigos y familiares y quiénes es en realidad en privado.

La actuación meticulosa que tu pareja despliega frente a amigos y familiares puede sugerir una dicotomía sorprendente. Mientras que ante la sociedad exhibe una personalidad encantadora y cuidadosamente construida, la realidad es que en la intimidad revela facetas de su ser que difieren sustancialmente. 

Pregúntate ¿Por qué la necesidad de presentar una versión cuidadosamente elaborada de sí mismos ante los demás? Esta desconexión entre las máscaras sociales y la autenticidad intrínseca puede sembrar las semillas de la desconfianza y la inseguridad en la relación.

La importancia de ser auténtico con amigos y familiares radica en la construcción de vínculos basados en la confianza y la comprensión mutua. Cuando la brecha entre la representación pública y la verdadera identidad es evidente, se plantean desafíos significativos. Las relaciones sólidas se construyen sobre la base de la autenticidad, donde la persona que se muestra en público es fiel a sí misma incluso en la privacidad.

4. La Ausencia de Compasión y Caricias en la Relación

La falta de compasión y cariño puede manifestarse de diversas maneras, una de ellas es que tu pareja no le otorgue importancia a fechas significativas como cumpleaños o días festivos. Para muchas personas esta red flag, tal vez ni sea una señal de alerta, pero los cumpleaños o días festivos, va más allá de una simple omisión en el calendario. Refleja una carencia de sensibilidad hacia las necesidades emocionales y deseos del otro. Celebrar estas ocasiones no es solo un acto superficial; es una oportunidad de expresar amor, aprecio y reconocimiento. La falta de importancia dada a estos momentos especiales puede ser un indicador de una desconexión emocional más profunda.

Por otro lado, la falta de caricias simboliza una brecha en la conexión emocional que, si persiste, puede socavar la base misma de la relación.

Abordar estas señales de alerta requiere una mirada profunda a las necesidades emocionales subyacentes y un esfuerzo conjunto para restablecer la conexión.

5. Discrepancia entre Palabras y Acciones

La distorsión de la propia identidad es una sutileza que puede surgir en las relaciones, y las experiencias de aquellos que han pasado por divorcios o separaciones arrojan luz sobre esta particular señal de alerta. 

Por ejemplo, una persona puede afirmar apasionadamente su amor por viajar, pero si no posee un pasaporte o no se compromete con la exploración de nuevos horizontes, surge la pregunta sobre la sinceridad detrás de esas afirmaciones. De manera similar, el amor declarado por los perros pierde fuerza si no hay evidencia de un compañero canino en la vida de esa persona.

Abordar esta señal de alerta implica explorar las motivaciones detrás de estas discrepancias y fomentar una comunicación abierta y honesta. 

6. No tener los mismos valores

Esta no es una red flag de la persona, pero sí para la relación en sí. Si estás con una persona que no tiene los mismos valores, o no quieren lo mismo, entonces esa relación está destinada al fracaso. 

Porque uno de los desafíos más complejos que pueden surgir en una relación es el desalineamiento de valores fundamentales. Por ejemplo, cuando existe un desajuste que incluye la conexión con alguien cuya devoción al trabajo supera otras esferas de la vida, o aquel que no coloca a su familia como prioridad, o aquel que carece de amistades significativas, esto puede ser perjudicial a la hora de mantener la cohesión en una relación duradera.

Abordar estos desafíos implica una exploración profunda de los valores fundamentales y la disposición de ambas partes para adaptarse y comprometerse.

La comunicación abierta y el compromiso son activos fundamentales para construir una base sólida de valores compartidos y mantener una relación en armonía a lo largo del tiempo.

7.  Evitar la Responsabilidad para Eludir la Culpa en una Relación

Cuando tu pareja opta por adoptar una postura defensiva, negándose a asumir la responsabilidad de sus acciones es momento de analizar si es conveniente seguir o dejar ir. Esta señal de alerta es particularmente inquietante cuando este comportamiento permite a la persona eludir cualquier culpabilidad, especialmente en situaciones donde sus acciones resultaron perjudiciales.

La elección de ponerse a la defensiva puede crear una barrera emocional en la relación. En lugar de enfrentar las consecuencias de sus actos, la persona defensiva busca refugio detrás de justificaciones y excusas, impidiendo así la posibilidad de un diálogo honesto y constructivo. Este patrón de comportamiento puede socavar la confianza y la comunicación abierta, elementos esenciales para una relación saludable.

En esta travesía, es fundamental comprender que la perfección no es un estándar realista en las relaciones humanas. Todos buscamos conexión y, a veces, esa necesidad esencial puede eclipsar nuestro juicio, llevándonos a pasar por alto las señales de alerta. Este proceso de aprendizaje y autoconciencia es intrínseco y en lugar de lamentar lo que no vimos en el pasado, debemos concentrarnos en el poder transformador de nuestras acciones presentes.

Reconocer las señales de alerta en retrospectiva no debe considerarse como un recordatorio de las oportunidades perdidas. La verdadera esencia de este viaje reside en nuestras acciones y decisiones actuales. No se trata solo de entender, sino de actuar de manera positiva y constructiva para fortalecer los cimientos de nuestra relación y fomentar un crecimiento continuo, tanto individual como compartido.

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